lunes, 30 de junio de 2014

Exposición itinerante de Henry Moore - Henry Moore in Spain



 



 La exposición de grandes esculturas de Henry Moore que está ahora (junio/julio de 2014) en el parque de doña Casilda Iturrizar, en Bilbao, ha estado ya en unos cuantos lugares. Y para informarnos y hacernos una idea del aspecto que ha tenido en cada uno de ellos podemos recurrir a los siguientes ENLACES

La Caixa. Obra Social, Sala de Prensa
(ORDEN: de más reciente a menos reciente)

Santa Cruz de Tenerife





Información general sobre la exposición itinerante (Henry Moore en España)

La exposición en Obra Social La Caixa


Exposiciones de Henry Moore en El País


Enlaces para hacerse una imagen compuesta de la exposición itinerante:











LAS SIETE PIEZAS DE LA EXPOSICIÓN, como hemos podido ver en algunos de estos sitios, son las siguientes. (El orden que se muestra a continuación es el de la serie de figuras tal como aparecen si vamos desde la Gran Vía hasta el otro extremo del parque, junto a la plaza Euskadi)

Gran figura de pie: filo de cuchillo (con la Gran Vía al fondo)
  


Pieza de bloqueo (también con la Gran Vía al fondo)



Madre e hijo reclinados (con el edificio nuevo del Museo de Bellas Artes al fondo)



Figura reclinada (vista de espaldas, desde la fachada del edificio nuevo del Museo de Bellas Artes)



Formas conectadas reclinadas (con la escultura Óvalo con puntos y la plaza Euskadi al fondo . A la derecha de la imagen, un fragmento de la fachada nueva del Museo de Bellas Artes)



Óvalo con puntos (con la plaza Euskadi y la torre Iberdrola al fondo)



Figura reclinada en dos piezas, la última o la primera pieza de la serie.


domingo, 22 de junio de 2014

La exposición de Henry Moore en Bilbao

Una mañana del mes de mayo de 2014 un grupo de jubilados tripahandiak que iba caminando por el parque de doña Casilda Iturrizar se topó con la escultura “Pieza de bloqueo” que acababa de ser colocada en el paseo Eduardo Chillida, aunque no se tratara de una escultura de Eduardo Chillida. “Esto es para que te des una hostia contra ello”, dijo uno. Se ve que les había pillado por sorpresa. 



No puedo afirmar que fuera esta la primera pieza de la exposición itinerante de obras de Henry Moore que se depositó en las inmediaciones del Museo de Bellas Artes de Bilbao, pero sí la primera que vi. Al dia siguiente, paseando por la misma zona, encontré una serie de bultos envueltos en papel de regalo, enormes papeles de regalo con el logotipo de La Caixa. Luego desaparecieron los papeles de regalo, pero se quedaron los coches amarillos. Los coches amarillos están siempre cerca de las esculturas. Son parte de la exposición.



Es un regalo, sí. Y es un misterio. ¿Qué hacen estan esculturas enormes rodando por ahí, subiendo y bajando de camiones? ¿Por qué las traen y las llevan? ¿Por qué las diversas instituciones implicadas en este acontecimiento son tan generosas con nosotros que vamos por el parque de Bilbao y por las calles del mundo sin pagar entrada, masas fragmentadas de paseantes de muy diversa extracción social, ganadores y perdedores, ganapanes y mendigos, propietarios y desposeidos?

Esto es un misterio religioso. Veo estas esculturas de Henry Moore en el parque de doña Casilda Iturrizar, en Bilbao, y me invade la sensación de lo enorme y lo desconocido, como cuando me enfrento a conceptos como “hedge-funds”, “preferentes” y “productos complejos”. Qué máquina misteriosa las mueve de un lado a otro a estas moles de bronce, yo no lo sé, pero acaso sí lo sabe Rita Barberá, que inauguró la exposición en Valencia, y, en general, todos quienes se han encargado de inaugurar la exposición cada vez que esta llega al espacio urbano en que se va a quedar por un tiempo y se convierte, por tanto, en una exposición nueva, siendo siempre la misma.

Y es que lo de Bilbao no es un acontecimiento único. Para nada. Es la última de una serie apariciónes de la misma serie de esculturas que comenzó en octubre del año pasado en Santa Cruz de Tenerife y termina aquí, en Julio.

Por eso, si al principio la mirada fotográfica tiene la tentación de aferrarse a cada uno de los objetos y tratar de encontrar todas las representaciones de dos dimensiones que podrían corresponderle a cada uno de ellos, luego ya se comprende que, teniendo noticia de las otras exposiciones que ha sido esta misma exposición, lo importante es ver las esculturas en el contexto que les ha tocado cambiar, porque cuando ya nos hayamos acostumbrado a ellas, a verlas cambiar ellas mismas con la luz, con la humedad, con la lluvia, desaparecerán de nuevo. Al principio dejarán un vacío. Luego el espacio irá ocupando de nuevo su sombra transparente, a medida que la memoria deje de invocarlas en los lugares en que estuvieron.
Y así pasa el río que nos lleva.











































(Recuerda que haciendo clic sobre alguna de las imágenes podrás ver toda la serie en modo diapositivas)